martes, 10 de noviembre de 2009

nos habíamos divertido tanto

En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí

“Peces de Ciudad” - Joaquín Sabina

“la peor nostalgia, es la de aquello que nunca pasó”

Un gran amigo me dijo alguna vez que la nostalgia es un sentimiento paja. Paja como una tarde de verano montando bicicleta con mi amigo Juan Carlos en alguna calle de Santa Patricia; como cuando mis padres nos compraron a mí y a mis hermanos un cachorro; como cuando sabía dibujar (y bien) y contaba historias; como cuando mi padre llegaba del trabajo con una sonrisa y un chocolate escondido en el bolsillo de su camisa o cuando me sacaba a jugar carnavales en su carro; como cuando mi hermano y yo jugábamos en la sala de estar o en la piscina que se armaba en el jardín de nuestra antigua casa; paja como cuando mi mamá me dejaba jugar con la masa de las cosas que hacía en la cocina o cuando me dejaba comer lo que se pegaba a la batidora; tan paja como los vecinos que nos acogían en su casa como si fuéramos sus hijos y nos invitaban manzanilla y a jugar ocho loco.

Según la teoría de mi amigo, la nostalgia sería tan paja como conocer a otros grandes amigos en un colegio donde, al parecer, era difícil; como escuchar reír a mi clase de tercero de primaria por un cuento que escribí; tan paja como jugar al camping con ellos, colarnos en algún club, crear nuestra propia sociedad de poetas muertos, comprar las primeras cervezas e ir a las primeras fiestas y enamorarte de la primera niña que te haga caso; sería tan paja, como escuchar a Dylan, a los Beatles, a Sabina, a Cash, a los Zombies, al Pet Sounds, al punk por primera vez.














Siguiendo la hipótesis, el sentimiento en cuestión sería tan paja como ingresar a una facultad y encontrar que tú no eres el único bicho raro y, es más, que hay peores que tú; como cuando descubres, verdaderamente, al cine, gracias a Woody Allen, la nueva ola, entre otros y que tú no eres el único que sueña con tratar de acercarse, aunque sea un poquito, a lo que esos grandes personajes hicieron (por ti); como cuando proyectaron trabajos audiovisuales míos y de un grupo de compinches en un ecran; como cuando conoces a una chica tan linda y peculiar que te inspira para hacer un corto.














La nostalgia sería tan paja como llegar un día a una ciudad nueva, solo y que, esa misma noche, termines en un bar, compartiendo cervezas y cigarrillos con una francesa, un español, un ecuatoriano, una hermosa alma argentina y otra hermosa alma compatriota; como recibir la llamada de una rubia preciosa y escucharla decir que te quiere o como que un grupo de exiliados te adopten como un hermano menor.















Esta sensación sería tan paja, como ver a mi sobrino por primera vez, después de varios meses de nacido; como darme cuenta que, después de tanto tiempo sin verlos, mis amigos siguen siendo mis amigos.

La nostalgia sería tan paja, como encontrar un trabajo lleno de amigos, no sólo cariñosos, sino talentosos; como mudarme por primera vez de la casa de mis padres, esta vez por mis propios recursos y encontrar donde escribir tranquilo, cualquier cosa, pero escribir y que éste mismo lugar me sirva para recibir a alguien que no veía hace años y enamorarme, aunque yo no quería.

La nostalgia sería tan paja como una chica que alguna vez conocí… y nos divertíamos tanto, en un cine, en su casa, en la mía, en bares, conciertos, en la banca de un parque, en clases, donde sea; nos divertíamos tanto que hasta ahora pareciera que nunca nadie la hubiera pasado tan bien como nosotros. Pero, tal vez, ella sí encontró a alguien con quien pasarla mejor: ahora está casada y se va…









Es chistoso, porque alguna vez recordaré estar aquí, en este departamento donde han pasado tantas cosas, desde reencontrarme y compartir el departamento con una maravillosa amiga de la universidad, pasando por grabar películas, hasta realizar una boda improvisada; alguna vez recordaré, estar aquí, escribiendo esto, esperando que la nostalgia sepa mejor con una cerveza y preguntándome si mi amigo tenía razón.

If you see her, say hello - Bob Dylan, del "Blood on the tracks"

7 comentarios:

Bruno. dijo...

La nostalgia... la maldita nostalgia... la nostalgia de tarkovski..? Mmmm... será pes, no...? Paja esa pela...

Tío, la nostalgia es de la pm... a mi tambien me vacila... lo cagón es que me termina cagando el día -no siempre...-

limeño bajo zero dijo...

total?? decídete pe'...

Cris dijo...

Recien leo este post y quiero dar mi opinion.
La nostalgia es rica, hace q te acuerdes de momentos lindos y felices de tu vida, momentos donde pensabes q nunca podias ser tan feliz como en ese instante.
Pero lo mas paja de la nostalgia, lo q la hace ser tan rica..es q miras atras y ves q el "ahora" es quiza algo diferente de lo q te imaginabas, pero mucho mejor :)
Por lo menos eso me pasa a mi cuando miro atras..y ahora..miro a Isabella..y solo veo el futuro y lo maravilloso q va a ser.
Besos

limeño bajo zero dijo...

sí, pueda que tengas razón. también he llegado a otra conclusión: qué triste sería la vida sin poder tener nostalgia: significaría que no hemos tenido aquellos momentos por los que vale la pena vivir. la cosa es seguir haciendo otros, como dices... un beso a isabella.

Lily dijo...

Llegué a ti a través del blog de mi hijo, concienciaenoffside, en el que le haces un comentario. Me alegra haber seguido tu rastro y así poder leerte.
Comparto contigo este tema de la “nostalgia”. Y realmente es “paja”, porque cuando tengo nostalgia es cuando estoy triste o frustrada y ésta, la nostalgia, me recuerda que he sido feliz y es entonces cuando más disfruto de mi felicidad.

limeño bajo zero dijo...

lily! gracias por las palabras, a mí también me alegra que me hayas seguido el rastro! ojalá todos tengamos tu manera de tomar la nostalgia... ahora cada vez que me toque, trataré de acordarme de tu comentario.

Guadalupe Aguiar Masuelli dijo...

qué nostalgia leerte!!
te quiero mucho, amigo...