jueves, 14 de enero de 2010

El loco y yo

"a los amigos hay que perdonarles todo, hasta sus estupideces"
Alfredo Bryce Echenique




















Estudiaba cine y quería ver “Plan 9 del Espacio Exterior”. No la encontraba en ninguna parte hasta que un amigo me dijo si quieres verla, el Loco la debe tener, anda pregúntale, sin roche.

El “Loco” era, en esa época, el coordinador de la sala de cine de la facultad así que lo intercepté antes de una función y le pregunté tú eres el Loco y él sí. Me han dicho que tú puedes tener “Plan 9 del Espacio Exterior”, no sé si me la puedas prestar y él, sin conocerme ni nada, claro, te la presto. Así pude conocer al Loco y ver la que es, supuestamente, la peor película de la historia.

Descubrimos que vivíamos a pocas cuadras uno del otro y que teníamos una amiga en común, del barrio. Ella tenía unos padres que lo odiaban, no lo dejaban entrar a su casa, es un loco, mira cómo se viste, cómo actúa, pero mi amiga y yo tal vez habíamos visto algo que muchos no.

Rápidamente entablamos una amistad en la que le gorreaba copias de su amplia videoteca y colección de música: él me prestó el “New York”, el primer disco de Lou Reed que escuché y, para ser justos, yo le presté el primero de Dizzy Gillespie que él oyó (y perdió). Nos acompañábamos a Polvos Azules, donde le comprábamos a Charito y yo le ayudaba a conseguir otras películas en el stand de al frente, del tío renegón y celoso que lo había vetado. Caminábamos por el barrio y él miraba hacia atrás, todo paranoico porque siempre pensaba que le iban a robar y rajaba de todos los “poseros” que no le caían.

Una vez el Loco me ayudó a planear una proyección privada para una chica y yo. De esta manera, disfruté mi primera película del recientemente fallecido Eric Rohmer, “Pauline en la Playa”, en una sala sólo para nosotros.




















El Loco, siempre en contra del “sistema” y las “convenciones”, se despidió en malos términos de la universidad para ser programador de otra sala alternativa, a la que me hacía pasar gratis muchas veces y donde, gracias a él, pude estrenar unos documentales que había hecho con un colectivo y mi corto de ficción, celebraciones donde la sala se llenaba de familiares, amigos y profesores queridos. Entre ellos, se encontraban personas que no entendían el aspecto gótico ni la actitud extrovertida de mi amigo. Para ellos, él era el posero. Pero a mí no me importaba, él es mi pata, es buena gente, tienes que conocerlo.

Un día me llama y me dice que necesita un favor, que vaya a su casa y yo claro. Me esperaba con una cámara, me dijo que quería hacer un programa para internet y quería hacer una prueba conmigo, así que empezó a entrevistarme y hacerme preguntas bastante personales que me incomodaron y nunca respondí. Esa entrevista creo que nunca fue vista por nadie más, pero fue el inicio de un exitoso blog con el que empezó a entrevistar a algunos familiares, como su abuela o a personajes urbanos con los que se cruzaba, muchos artistas emergentes o “undergrounds”. Pero los protagonistas no eran ellos, sino él, con sus preguntas incómodas, algunas chistosas, otras tontas, pero así es él: algunas veces chistoso, otras inoportuno, como cuando abandonó, de nuevo de manera extraña, la sala de cine con la que muchos jóvenes se identificaban. Pero siendo así, él, sólo él (porque puede conocer a mucha gente, pero siempre está solo), sacó su proyecto adelante, sin ayuda y se convirtió en lo que llaman un “blogstar”.

Me fui del barrio, pero cuando regresé, un año después, él estaba ahí, con su cámara, preguntándome sobre mi experiencia afuera. Cuando terminamos, apagó su cámara y lo acompañé a comer un pan con pollo en El Rancho. Esa fue la última reunión sin complicaciones que tuvimos. Empecé a trabajar en publicidad así que cada vez que nos veíamos me acusaba de haberme “vendido”. Por eso me dio mucha risa cuando lo vi, a él, al “indie”, al “punk”, al “antisocial”, sí, a él, en un segmento que le habían otorgado en un canal nacional. Por otro lado, nuestra amiga del barrio, que hace poco había perdido a su papá, se apenó mucho de no escuchar nada de él, a pesar que yo le conté las malas noticias. No fue al velorio, no fue a verla, no la llamó, nada.

La última vez que nos cruzamos fue donde yo trabajaba, él tenía una cita para entrevistar a alguien. Lo saludé con mucho cariño, hace tiempo que no lo veía, pero él lo único que hizo fue tratar de hacerme sentir mal por trabajar en aquella oficina y burlarse del peinado de uno de mis colegas, todos los que trabajan en publicidad tienen que peinarse así? O usar lentes? O barba? Claro que no, pero él sólo nos veía así. Lo único que atiné a decir fue que eres un imbécil.

Como un mes después, me encontré con la chica de nuestro barrio y le conté sobre nuestro incidente. Ella me dijo que el Loco ahora visitaba a su madre, la viuda, que la acompañaba a hacer muchas cosas cuando ella no podía y ahora se habían hechos grandes amigos.

En la víspera de navidad toqué el timbre de su departamento. Nadie contestó.

6 comentarios:

Bruno. dijo...

muy conocido, "El loco"...

Anónimo dijo...

Mi gustó mucho la histria Flosc! Fue como ver un miniprograma de media noche antes de irse a la cama...la diferencia fue que lo leí en plena chamba...plop! jejejeje! continúa así amigo y espero poder estar ahí pronto con todos... Por ahora se complica por los precios. Me sale más cómodo irme a España, alojarme en un hotel 5 estrellas, y tomarme una inka kola de 7 libras en la calle.
Éxitos en todo Fffffffffffffflosc! Pd: ya me imagino quién es el loco... [._.] ♫ Giank (más conocido como "quike")♫

limeño bajo zero dijo...

jaja, se llamaba "Kike"... gracias cachete!! qué pena que no tengas planes rápidos de venir, pero bueno, ya la vida se encargará de juntarnos nuevamente... bruno: ese es tu comentario?

Bruno. dijo...

MMM... creo que sí...

mmm... y no sé... no soy rencoroso... pero no sé si a los amigos se les perdona todo... no me ha tocado vivir algo que me lleve a esos extremos...

pd.- fácil no hubiese escrito nada...

Gabriel Reaño dijo...

Habla Limeño. No sé por qué presiento que te conozco. Al menos de visté y de referencias... quién sabe. Está chévere el blog. Deberías postear más seguido. La historia del "Eterno Imbécil..." está bravaza.
Suerte en todo. Espero leerte pronto.

limeño bajo zero dijo...

hola san bartolino! seguro que nos hemos cruzado por ahí y tenemos amigos en común, de hecho fue gracias a uno que llegué a tu blog. ojalá algún día nos sigamos contando historias, pero en persona y con sus respectivas cervezas.