lunes, 19 de julio de 2010

Un Americano Esplendoroso

Hace una semana tuve la urgencia de comprarme libros por Amazon. Dentro de estos, se encontraba la compilación de cómics “The Best of American Splendor”, que retrata las aventuras de un héroe norte americano. Sin embargo, éste es un héroe al que las balas no le rebotaban, sino que las recibía y tenía que cargar con ellas; éste héroe se llamaba Harvey Pekar.

Harvey era un simple archivista que algún día se le ocurrió escribir sus “ordinarias” historias. Con mucho drama, pero también con mucho humor, el autor reivindicó al hombre de la clase media norte americana y le hizo recordar a muchos que uno no necesita súper poderes para ser un héroe, sino sólo sobrevivir un día más en la cotidianeidad.

Como varios que no somos estadounidenses, a Harvey lo conocí por una película basada en su vida y en sus cómics. Debo confesar que, aparte de ver esta película, sólo he podido leer “Our Cancer Year”, su novela gráfica co-escrita con su esposa Joyce Brabner, en la que detalla su batalla contra el cáncer.

Bastó apreciar sólo estas dos obras (en verdad, podría bastar con sólo una) para entender que Pekar no era sólo un cascarrabias, sino también un narrador sensible, un observador de la basura y de la belleza diaria, un entendedor de la condición humana, pero sobre todo y, tal vez lo más importante, un luchador. Fueron por todas estas razones que el lunes pasado me compré una antología de sus obras. Lo que no sabía es que ese mismo día en la madrugada nuestro héroe había muerto.

Si tuviera el talento, definitivamente a uno de los oficios que me dedicaría sería al dibujo. Desgraciadamente, no lo tengo. Harvey tampoco lo tenía, pero como yo, escribía y, como él, yo voy a luchar, no sólo por unas tiras cómicas que quiero publicar hace más de un año, si no voy a “luchar”, en el sentido más humano de la palabra.

Gracias Harvey por la inspiración.

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